Archivo para la categoría "Reflexiones"

Luna menguante   5 comments

Todos tenemos alguna vez momentos de duda, de bajón. Esos días en los que todo se tuerce, los sueños se rompen, ves sufrir a la gente que te importa y nada de lo que hagas parece servir para remediarlo; tal vez porque también te invade la desesperanza…

Es posible que sólo sea casualidad, o que únicamente lo relacione cuando conviene a mi pequeña superstición. El caso, es que no es ni mucho menos la primera vez que esos días que preferiría pasaran volando coinciden con la Luna menguante. Aunque bien es verdad que ha habido días estupendos mientras la Luna menguaba. Sumándole que los domingos son propensos a la melancolía, que no sopla viento que refresque nuestras mentes, que la soledad nos invade por muy acompañados que estemos… Ayer pudo ser un día especialmente propenso al desánimo.

¿Cuántas veces nos sentimos solos estando rodeados de gente? Y no me refiero a desconocidos, como cuando viajas en un vagón de metro a las ocho de la mañana, sino a darte cuenta de que conoces a un montón, tal vez decenas de personas que de algún modo están ahí. Puedes coger el teléfono, abrir una conversación, o quedar, encontrarte con alguno de ellos y cruzar unas palabras. O incluso en ocasiones te encuentras en compañía de gente que te quiere y en la que puedes confiar y supones que deberías estar feliz. Sin embargo te sientes inmensamente solo, echando de menos precisamente aquello que te falta, aunque todo lo demás sea perfecto; y tal vez por eso, extrañando más intensamente justo aquello que se te niega.

Puede ser que falte una persona o una sensación, una actitud, o también no saber exactamente qué es lo que te falta o necesitas. A veces rodearnos de gente, o que de golpe todos se preocupen por nosotros no sirve más que para empeorar nuestro ánimo. Nos confirma que algo no va bien, que estamos mal, en el fondo sabemos porqué, pero no siempre es fácil verlo.

Al igual que pesa más la falta de un familiar fallecido cuando llegan las fechas en las que se reúne toda la familia; o cuando vas guardar ese nuevo par de pendientes que te han regalado junto a los demás, recuerdas aquellos tan especiales que perdiste. Al igual que cuando llega tu cumpleaños y no paras de recibir felicitaciones, siempre parece faltar alguna muy importante.

Los sentimientos también tiene su teoría de la relatividad, dependen mucho del contraste. Hasta el más suave gris es capaz de llamar la atención y ensuciar un blanco inmaculado. Y el mismo blanco inmaculado puede parecer amarillento después comparado con otro… Siempre puede ser mejor, y también peor. ¿Momentos perfectos? ¿Qué tiene de perfecto un momento a partir del cual todo ha de empeorar de alguna manera? Deberíamos alegrarnos de no conocer la perfección porque entonces habríamos perdido nuestros sueños e ilusiones. Porque esa perfección se perdería en el pasado, no podríamos evitar comparar con ella lo que viniera en adelante y nunca podríamos volver a sentirnos como entonces. Y ¿qué tendría eso de perfecto?

La perfección no existe, es solamente una idea, una meta que hemos de saber que es imposible de alcanzar, pero que deberíamos siempre perseguir. Como aquél arquero indio del cuento que, desde pequeño, intentaba cada noche alcanzar la luna con sus flechas… Por supuesto nunca lo logró, pero no encontró rival capaz de superar sus lanzamientos.

También hay momentos en los que nos parece que nada tiene sentido, que nos encontramos solos, maltratados por la vida, despreciados, sintiendo que no le importamos a nadie, todo nos ha salido mal, las palabras de ánimo son inútiles y por más que levantamos la vista sólo vemos oscuridad. Nos apetece morir, ya no tenemos fuerza ni para llorar, ardemos por dentro y creemos que nuestra cabeza va a estallar. Hemos perdido lo que pensábamos que era todo en nuestra vida, y cuando a uno le quitan todo, ya no le queda nada… Es muy duro pasar por eso pero, por lo mismo que he dicho antes, también es una suerte haber superado momentos así. Si hemos logrado sonreír y recuperar la ilusión cuando todo parecía perdido, habremos aprendido que hay salida hasta en los peores momentos, y si realmente han sido malos, tal vez tengamos la suerte de no pasar por situaciones aún más difíciles y que muchos malos momentos apenas sean un bache comparados con lo que entonces sufrimos.

Lo peor de esos baches es, quizás, que nos traen a la memoria aquellos peores momentos, aquellos cuyas heridas tardan años en cicatrizar o nunca terminan de hacerlo. Debemos intentar usarlos en nuestro propio beneficio, aprender de esos malos momentos. Recordarnos que a pesar de todo pasaron y compararlos con los baches que nos vayan surgiendo o, si por desgracia tenemos que afrontar un obstáculo mayor que los anteriores, saber ver que muchos otros fueron los más grandes en su momento e igualmente los superamos.

Somos más fuertes de lo que pensamos, se acaba saliendo adelante. Lo importante es intentar salir fortalecido. Pero no confundamos fortalecido con frío o desconfiado. Es normal que, a la gente que se ha sentido traicionada alguna vez, le sea más difícil confiar. Pero también es duro hacer algo con toda nuestra buena intención y darnos de bruces con muro de hielo. Es cierto que todos tenemos un lado egoísta; pero también, sino todos, la mayoría albergamos sentimientos incondicionales y deseamos el bien para la gente que apreciamos sin esperar nada a cambio, puesto que ya nos llena suficiente verles felices y compartir una sonrisa con ellos.

*******

Creo que me he enrollado ya suficiente por hoy. En parte he escrito para hacer que la noche pasara algo más rápido. Espero que leerlo os sirva también a vosotros, sobre todo a ti Carlota, pues principalmente lo he escrito por ti. Te quiero.

Sheuron.

Publicado 19 junio, 2006 por sheutoni en Reflexiones

Haz lo que quieras   27 comments

Un fragmento de uno de los mejores libros que he leido, espero que os haga reflexionar.

Unos días más tarde, tuvieron otra vez una conversación muy importante.
 
Bastian le enseñó al león la inscripción del reverso de la Alhaja.
 
 
¿Qué significa? -preguntó-. «HAZ LO QUE QUIERAS». Eso quiere decir que puedo hacer lo que me dé la gana, ¿no crees?
 
El rostro de Graogramán pareció de pronto terriblemente serio y sus ojos comenzaron a arder.
 
No -dijo con voz profunda y retumbante-. Quiere decir que debes hacer tu Verdadera Voluntad. Y no hay nada más difícil.
¿Mi Verdadera Voluntad? -repitió Bastian impresionado-. ¿Qué es eso?
Es tu secreto más profundo, que no conoces.
¿Cómo puedo descubrirlo entonces?
Siguiendo el camino de los deseos, de uno a otro, hasta llegar al último. Ese camino te conducirá a tu Verdadera Voluntad.
No me parece muy difícil -opinó Bastian.
Es el más peligroso de todos los caminos -dijo el león.
¿Por qué? -preguntó Bastian-. Yo no tengo miedo.
No se trata de eso -retumbó Graogramán-. Ese camino exige la mayor autenticidad y atención, porque en ningún otro es tan fácil perderse para siempre.
¿Quieres decir que no siempre son buenos los deseos que se tienen? -trató de averiguar Bastian.
 
El león azotó con la cola la arena en que estaba echado. Agachó las orejas, frunció el hocico y sus ojos despidieron fuego. Bastian se agachó involuntariamente cuando Graogramán, con una voz que hizo vibrar nuevamente el suelo, dijo:
 
¡Qué sabes tú lo que son deseos! ¡Qué sabes tú lo que es o no es bueno!
 
Bastian pensó mucho al día siguiente en todo lo que la Muerte Multicolor le había dicho. Sin embargo, muchas cosas no se pueden averiguar pensando: hay que vivirlas. Y por eso sólo mucho más tarde, cuando había vivido mucho, recordó las palabras de Graogramán y empezó a comprenderlas. 
Michael Ende, La Historia Interminable

Publicado 16 febrero, 2006 por sheutoni en Reflexiones

¿Qué harías por dinero?   29 comments

O mejor dicho: ¿Qué dejarías de hacer? ¿Cuánto dejarías de vivir?
 
Hace no mucho, charlando como tantas noches los amigos en el parque de mi barrio, planteamos un dilema sobre el dinero: Si ofrecieran 100 millones de euros, por decir una cantidad de sobra suficiente para permitirse cualquier cosa material, a aquél de nosotros dispuesto a envejecer instantaneamente más años a cambio… ¿cuántos años "venderíamos" cada uno de nosotros?. Vamos, una especie de subasta secreta, anotando en un papel los años que estaríamos dispuestos a envejecer y al descubrirlos, quién ofreciese más se llevara el dinero y automáticamente se encontrara con esos años de más, pero sin ningún recuerdo ni experiencia de éstos…

En el hipotético caso de ser entre nosotros cabría esperar que fuésemos listos y apostáramos el menor tiempo posible, repartiendo el ganador el dinero, pero suponíamos que era una especie de subasta entre desconocidos. Así que: Si estuvieras, por ejemplo, con otras cinco personas desconocidas de más o menos tu edad y tuvieras que decidir cuánto tiempo venderías a cambio de ese dinero (ojo, no sólo significa morir antes, en caso de "ganar" perderías automáticamente el tiempo ofrecido envejeciendo en consecuencia, y sin ningún tipo de vivencia), ¿Cuánto tiempo ofrecerías?

 
 
Entre mis amigos hubo respuestas para todos los gustos…

Es una pregunta que da bastante que pensar, que ayuda a conocer un poco mejor a las personas, ver la importancia que dan a lo material, incluso medir su felicidad… y por supuesto a replantearse un poco la vida.

 
Espero haberos dado un interesante tema de conversación, y también vuestros comentarios.

Sheuron.

Publicado 29 septiembre, 2005 por sheutoni en Reflexiones

Palabras de doble filo   16 comments

La verdad no existe en las palabras o los sentimientos aislados, ha de acompañarse necesariamente de hechos.
 
Nada es cierto hasta que se realiza, hasta que se actúa en consecuencia a lo afirmado, hasta que se demuestra lo que se siente. Y si eres tan cobarde para no expresarlo, no sólo con palabras, sino también con acciones, tus sentimientos carecerán de valor y serán mentira hasta que te decidas a actuar, a no ser que ocultarlos entrañe un sacrificio fiel a los mismos. Ningún sentimiento es verdadero si no entraña un sacrificio más allá de las promesas, y lo será sólo mientras conlleve ese esfuerzo.

Podemos creer sentir algo que luego, "a la hora de la verdad", somos incapaces de demostrar. De ahí viene la expresión: la verdad viene únicamente determinada por la acción en un momento preciso. A las palabras se las lleva el viento, pero el tiempo dedicado a escribirlas, el hecho de expresar nuestros sentimientos sin temor, el que cada una de nuestras promesas se cumpla… Ese esfuerzo es lo que las hace valiosas.

 
 

 

Hay palabras que la gente usa a la ligera sin meditar su significado, palabras devaluadas por el mal uso que hacemos de ellas. Pronto los hechos las tornan falsas e hirientes. Palabras como "Siempre", "Nunca", "Amigo", "Te quiero"…

Palabras peligrosas que deberíamos usar con cuidado.

 

Sheuron.

Publicado 3 agosto, 2005 por sheutoni en Reflexiones

¿San Valentín?   12 comments

Ayer quería haber hecho una crítica de San Valentín, del consumismo que nos invade… Pero no tuve tiempo.

Nunca me ha gustado pertenecer a la masa, a esa mayoría a la que siempre se le supone la razón. Quien no regalara flores ayer ¿es un insensible? El que comprara el regalo más caro (aunque sea en proporción a lo que puede permitirse) ¿Ama más por ello a su pareja que los otros? ¿hay amores de 2, 3, 4 estrellas… dependiendo del número de cifras empleadas en el regalo de San Valentín?

Salí por la tarde a cortarme el pelo y a cambiar un abrigo, vi escaparates de perfumerías y joyerías plagados de corazones (incluso con corazoncitos con el precio dentro :S), una cola de caras largas en una floristeria… Y digo yo ¿No sería mejor emplear ese tiempo que pierden en la cola en estar con sus parejas? Y que conste que no estoy en contra de las flores, tengo una amiga que tiene una floristería (a la que no veo hace casi dos años, por cierto) y también tiene que vivir de algo. Pero ¿por qué el 80% de las ventas de flores del año se producen los días 14 de febrero y 1 de noviembre? Bueno, en Cataluña también en Sant Jordi… Cualquier día debería ser bueno, aunque también creo que las flores naturales y sin cortar son las más bonitas.

Desde luego, si tengo que elegir entre pasar media hora en la cola de la floristeria o compartir ese tiempo con mi pareja (no digo que la tenga, que los que me conocen ya empezarán a preguntar… :P), elijo lo segundo. Ya le compraré la rosa (o lo que sea), mañana u otro día; cuando salga de mí, no cuando toca regalar. Al menos los aniversarios son más "de uno" (bueno, son de dos, pero ya me entendéis).

Respecto a los regalos caros, personalmente las joyas siempre me han parecido una tontería, e incluso algo cruel en muchos casos. Si leemos un poco y pensamos en las vidas que se han podido perder en las guerras por la costumbre de regalar diamantes… (Os dejo unos enlaces abajo por si os interesa leer algo). En definitiva, no es que desprecie a los que regalan joyas ni que no comprenda a quienes les hace ilusión que le regalen una, seguramente algún día regale o reciba alguna (sencillita, eso sí, al menos de aspecto y tamaño aunque esté forrado), pero creo que hay mejores cosas en las que invertir el dinero, porque al pensar en joyas, no sé a vosotros, pero a mí me viene a la cabeza el dicho ese que dice "…menos da una piedra!".

Ya escribiré sobre el amor en sí y las relacciones otro día, hoy me ha salido la vena anticonsumista. El incendio del Edificio Windsor (impresionante verlo desde mi ventana y más desde la azotea) tuvo algo bueno: buena parte de El Corte Inglés de Nuevos Ministerios permaneció cerrada ayer, y lo que le quede, aunque nos tocará sufrir por más tiempo el corte del Metro…

Ayer quería haber hecho una crítica de San Valentín, del consumismo que nos invade… Pero preferí dedicar ese tiempo a las personas que quiero.

Sheuron.

Publicado 15 febrero, 2005 por sheutoni en Reflexiones

Todos tenemos nuestro Universo…   23 comments

No me siento nada inspirado, pero quería escribir algo para no perder la costumbre. Para nada he abandonado esto, me he seguido pasando, he seguido escribiendo y contestando comentarios, me he entretenido centrando todos los enlaces de la lista de Blogs (creo que no ha quedado mal, agradecería vuestra opinión) y he agregado otra carpeta de fotos.

De momento la nueva carpeta sólo tiene 5 fotos, que en realidad son muchas más porque cada una de ellas es un mosaico de varias. La he llamado "Mis estrellas" y he cambiado el nombre de la carpeta "Mi gente" por "Constelaciones" porque me parece una bonita metáfora.


La constelación de Orión. Parece mentira que
algo tan estético sea sólo cuestión de azar.

Ya iré colgando más fotos de esas estrellas que brillan en mi vida. Aunque de algunas me será difícil encontrar fotos para hacerles el merecido homenaje. Cuando miro al cielo despejado por la noche, a ser posible allí donde está medianamente limpio y puede verse un número de estrellas decente, casi siempre, junto al vértigo que menciona Sibila en su comentario, el sentirse tan grande y tan pequeño a la vez, me invaden innumerables recuerdos, casi tantos como puntitos de luz en la noche, de distintas personas que aún sin saberlo han dejado una huella en mi vida.

Cada persona es un mundo, ya sabéis, pero a esas personas que conozco, que para mí son importantes y tienen un brillo especial las veo como estrellas de un gran firmamento. Algunas brillan con fuerza desde hace años, a otras las he descubierto hace poco y espero que sigan alumbrándome durante mucho tiempo, unas cuantas ya perdieron brillo y es díficil que recobren la belleza del pasado; también las hay variables y muchas estrellas fugaces han pasado por mi vida, aunque tal vez para casi todas ellas yo haya sido un oscuro asteroide y no me recuerden… También hay cometas que se dejan ver durante un tiempo para después desaparecer y volver al cabo de unos años, aerolitos que aparecen brillando durante un instante para golpearnos después dejándonos marcados…

Pero hasta esas cicatrices nos sirven de algo y sin ellas no seríamos lo que ahora somos. Incluso nos hacen más fuertes, mejores personas y nos enseñan a valorar lo que realmente merece la pena. ¿Sería tan bonita la Luna sin las heridas de los meteoros?

A todas las estrellas de mi universo decirles que, aunque me dediquen más o menos brillo, aunque les parezca que no las miro como en otro tiempo, oriento el telescopio de mi pensamiento de vez en cuando hacia ellas y me quedo un rato observándolas en la quietud de la noche, aún si desde allí me ven distante y frío…

"Tantas estrellas, y tan poco tiempo…"
Sheuron.

Publicado 29 enero, 2005 por sheutoni en Reflexiones

¿Y por qué?   25 comments

Es la pregunta que repiten algunos niños hasta la saciedad y muchos hemos dejado de plantearnos. Deberíamos conservar las ansias de saber de nuestros primeros años aunque vayamos siendo conscientes de que el saber actual es inabarcable, ya lo era de hecho hace siglos. Pero la diferencia es que hoy casi todo ese saber está al alcance de la mayoría. Y si estás leyendo esto, está a tu alcance.

Podemos "conocer" a decenas de personas de multitud de lugares en cuestión de minutos, o mantener el contacto con la gente que ya conocemos. Ya no hay distancias en ese sentido para los que tenemos la suerte de tener acceso a La Red. Hace unos pocos años no teniamos esta facilidad para interelaccionarnos. Recuerdo haber oído que, según un estudio, entre nosotros y cualquier persona del planeta habría como máximo 6 saltos de relacion entre conocidos. (Seguro que conoces a alguien que conoce a un amiga que tuvo un profesor que viajo a tal sitio donde conociá a esa chica cuyo hermano es el jefe de ese a quien elgiste al azar). Me atrevería a decir que con el avance de los programas de mensajería, foros, blogs, etc. esos "saltos" entre círculos de conocidos se han reducido mucho y que entre dos internautas cualesquiera, medianamente habituales, puede haber como máximo 4 de estos "trasbordos", si sabemos escoger la ruta adecuada…

Esto abre posiblidades casi infinitas. Podemos conocer con cierto detalle a gente cuya existencia pasaría totalmente desapercibida para nosotros de no existir Internet.

Y ya me he desviado como de costumbre de lo que quería hablar, y no era otra de cosa que del porqué de los gustos y "disgustos" que he puesto en las listas. Porque un niño (y me gustaría que muchos de vosotros) puede entrar en la página, leer:

"Sheuron detesta…
Que la gente use lentillas de colores."

…y preguntarse: ¿Y por qué?

Pues bien, allá voy:

Encontrar una carta en el buzón es lo mejor que me puede pasar cuando llego a casa (a parte de subir y encontrar una nota de mis padres diciendo que se han ido un mes a Brasil y tengo la comida en la nevera). Significa que hay alguien que ha pensado en mí, que ha dedicado un trocito de su tiempo exclusivamente a plasmar en un papel unos pensamientos e incluso sentimientos que me quiere comunicar. Y que, después de abrir el sobre que ese alguien cerró a cientos de kilómetros, con algo cómplice escrito y que sólo yo comprendo bien, estaré escuchando su voz en mi cabeza, la voz del remitente (la remitente en la mayoría de los casos) mientras leo esas líneas que no tienen porque ser horizontales; escritas con una "fuente" única y personal (ni Arial, ni Verdana), y a su vez siendo cada letra distinta a las demás; con algún dibujo en el márgen, tal vez una foto entre las hojas… Un carta es un regalo personal que me encanta recibir y guardar con cariño, una vez constestadas, en mi caja de las cartas, de valor incalculable.

Ver salir la Luna desde la azotea, o desde donde sea. Nuestra relación es perfecta, sin discusiones. Tenemos un acuerdo: yo elijo el lugar y ella pone la hora, siempre es puntual y viene a verme, tanto si estoy en un pueblo perdido de Irlanda como si paseo por las calles de Madrid. Alguna vez ha faltado, sí, pero tenía sus razones y siempre avisa con antelación. Otros días la veo sin necesidad de quedar con ella, no es celosa ni le importa que salga de juerga con mis amigos, a menudo se viene con nosotros. No le gusta nada la lluvia ni el mal tiempo y prefiere la naturaleza a las ciudades, aunque os aseguro que es impresionante verla al final de la calle cuando sale al anochecer… Pocos conocen la importancia de la Luna en la vida, su influencia en las mareas, en regular el clima, en servir de guía y reloj a los animales y a los antiguos.

Coger el metro en el último momento, ser el último de un centenar de personas en pasar a través de las puertas del vagón después de que se escuche el silbato. Saber que he bajado al andén a la velocidad justa para cojer ese tren que mi intuición (o incoscientemente mi oido) me decía que estaba ahí, es una de las cosas que me hacen sonreir. Si lo pierdo en las narices tampoco pasa nada, y eso que suelo llegar tarde a todas partes, pero cuando llevas buena lectura o el periódico del día (casi siempre gratuito), esos 2 o 3 minutos de espera se pasan volando. Agrada ver que, en ocasiones, el mundo se mueve al ritmo de uno y no al revés. ¿Vosotros también teneis ese sexto sentido que os dice cual es la canción que está sonando en la radio justo antes de conectarla o que os hace abrir los ojos segundos antes de que suene el despertador? A eso me refiero…

Que la gente use lentillas de colores habitualmente es algo que no entiendo. ¿Habeís probado alguna vez a hablar cara a cara con alguien que las lleve? Es como hablar con alguien que lleve puestas las gafas de sol dentro de casa, con la diferencia de que, a no ser que sean unas gafas horribles, no las miras pensando "Pero hij@ ¿tú te has visto? Es que cantan a kilómetro y no te pegan ni con cola". Pero lo peor es que le quitan toda la expresividad a la mirada y no puedo hablar con alguien que parece un robot insensible. Yo suelo mirar a los ojos, he aprendido a reconocer en ellos la personalidad y el estado de ánimo de la gente y las lentillas de colores me ponen de los nervios. "Es que mis ojos son muy comunes" o "siempre los he querido tener de este color" ponen como excusa. Lo que le da belleza a unos ojos no es un color "diferente", es la expresión, la profundidad, el movimiento… Con unas lentillas de colores puedes conseguir atraer la mirada de alguien que esté a cinco metros en la semioscuridad de la discoteca, pero será difícil congeniar con una persona que se fije en lo que merece la pena.

Que muchas estupideces sean noticia es algo que me da vergüenza ajena. Sin ir más lejos, anteayer viendo el telediario (no recuerdo de que cadena, creo que Telecinco o_0), flipé al ver que trataban como noticia de gran interés (le dedicaron cerca de un minuto) que G. Bush tenga una nueva perrita de cuyo nombre ni me acuerdo ni quiero acordarme y daban detalles como la edad, la raza, que era "sobrina" del que ya tenían y no se que leches más. No sé, me parece un insulto a nuestra inteligencia. Es en esos momentos cuando recuerdo porqué ya no veo la televisión más que cuando la ve mi familia mientras comemos, y poquitas otras veces… Lo triste es que hay noticias así porque la gente las pide, o al menos se las traga de buen grado. Hemos llegado a un punto en el que a mucha gente le preocupa más "la vida" (y lo entrecomillo porque tampoco es su vida, sino lo que quieren mostrar) de esos "famosos" creados por la televisión y la prensa rosa que la de sus propios amigos, de ahí lo de vergüenza ajena. Puedo entender que en ocasiones sea para evadirse de los problemas propios, o no sé, pero a este paso volverán anormales a más de medio mundo.

Oir un ruido cuando estoy a punto de quedarme sopa me molesta muchísimo. Soy bastante maniático en cuanto a las condiciones ideales para conciliar el sueño: una habitación lo más oscura y silenciosa posible, con una temperatura de unos 20ºC. y una cama cuanto más grande mejor con un buen colchon, una almohada no muy alta, sábanas limpias (mejor que no "resbalen" y una buena manta para taparme. No necesito, claro está, todo eso para dormir, pero la verdad es que me cuesta hacerlo si no es en silencio y relativa oscuridad. Me gusta relajarme en mi habitación después de un día duro, bajo la persiana, me acuesto con ropa lo más holgada posible, boca arriba y en silencio o con música tranquila dejo la mente en blanco. Ha habido veces en las que he llegado a tener la sensación de que mi cuerpo se elevaba… Creedme que es alucinante, después de un rato de relajación sin interrupciones te quedas nuevo. Hoy día se valora poco el silencio, en las ciudades nos hemos acostumbrado demasiado al ruido de fondo y a veces no nos damos cuenta hasta que huimos lejos y nos rodeamos de naturaleza.

Sheuron.

Publicado 9 enero, 2005 por sheutoni en Reflexiones